miércoles, 15 de junio de 2011

Excelente elección: La casa.


Murcio no lo sabía, pero su fiel y silenciosa mascota sí. Las paredes de su casa tenían ojos, orejas, boca e inteligencia; pero la posibilidad de que esto fuese cierto era similar a la de encontrarse con un unicornio.
Todo comenzó cuando la casa le dio un asqueroso lengüetazo Chuchón, la fiel mascota de Murcio. El pobre animal escapaba por poquísimo de ser devorado por las paredes y espacios solos de la casa, los cuales ya le habían mordido la cola y parecían tener un interés particular por comérselo. Sin embargo, Murcio parecía ignorar por completo estos hechos; o por lo menos deseaba ignorarlos porque, de por sí, ya era muy incomodo para él que todos sus invitados (absolutamente todos) salieran aterrados de la casa por tanto suceso paranormal y le contaran cómo los canales de televisión y emisiones de radio se cambiaban solos mientras las cortinas aparentaban poseer ojos.
La situación siguió deteriorándose y se volvió inaguantable cuando, finalmente, Murcio empezó a notar la falta de comida en su refrigerador. Sabía que su extraña mascota, Chuchón, quien a pesar de ser un gato con apariencia jabalí y comportamiento de chimpancé, no podía abrir el refrigerador, debido a que en lugar de manos o patas, el pobre animal tenía pesuñas de camello [¿?], y la constante aparición de mordeduras rojizas en su cuerpo y en el cuerpo de Chuchón ya no se le podía atribuir a las ratas [porque, evidentemente, no había ningún indicio de ratas en la vivienda].
Sin embargo, pasaron muchas semanas más antes de que Murcio entrara en la desesperación del hecho más evidente… La casa lo estaba observando. No podía ir al baño sin sentir la rara impresión que un gigantesco ojo lo observaba con perversión. Empezó a escuchar diferentes tonos de voces, susurrando obscenidades y blasfemias.
Murcio hiso su mejor esfuerzo para ignorar las peculiaridades de su vivienda, logrando tener éxito hasta que su fiel mascota, el gato Chuchón, huyó aterrado de la casa al descubrir que la casa le había comido las pesuñas (lo cual, curiosamente, no le hiso ningún daño; en su lugar, el animal descubrió que debajo de cada pesuña tenía ocho dedos, similares a los de los primates. Igual, ese nuevo descubrimiento no lo motivó en lo más mínimo para quedarse… el animal no esperaría que la casa le comiera sus nuevas manos también [¿?]).
A partir de ese día, Murcio sintió su mente invadida por un pensamiento subalterno... Parecía que algo o alguien le imponían pensamientos adyacentes, cosas que él no entendía o se limitaba a ignorar. Pensó que la pérdida de su mejor amigo lo estaba deprimiendo, pero estas ideas eran algo más…
Poco a poco, sintió como la casa empezó a tragárselo, succionándolo para transportarlo a un mundo desconocido; poco a poco se lo tragaba, poco a poco, poco a poco... Y de repente, la suerte le sonrió a Murcio. Mientras la casa se ocupaba de ensalivarlo bien, un agente inmobiliario, junto con la policía y otros tipos armados, abrieron de golpe la puerta de la casa y lo desalojaron,  alegando que la propiedad ahora le pertenecía al estado.
…Al parecer, esta fue la consecuencia más beneficiosa que la evasión de impuestos a provocado en la historia de la humanidad…
Ahora Murcio es uno de esos típicos locos que rondan por las calles, barbado hasta las rodias, calvo completamente y con una vieja mochilita roja en la que carga un animal rarísimo al que llama Chichón [en honor a su mascota tan amada y perdida de la que tanto habla y nadie le cree].
Ahora, se dice que la casa tiene nuevos dueños. El orgulloso comprador, quien vive con su esposa e hija pequeña, no ha presentado ningún problema… pero a nadie le extraña; un tipo como ese, acostumbrado a  sucesos paranormales, de rarísimas costumbres y practicante de rituales extraños sabe mantener quieta e intimidada a la “vivienda viviente”… Y a todo el mundo a su alrededor también. Hasta hoy, no existe ser subalterno o ciencia oculta que el doctor Krowie no haya logrado controlar… pero esto, tarde o temprano, tendrá que cambiar.


2 comentarios:

  1. Surrealismo al límite, me agrada =D

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  2. Me recuerdas al estilo de Edgar Alan Pod. Cada renglon q leo me invita a leer el siguiente. F. Marvin E . Caceres

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