domingo, 21 de octubre de 2012

Princesa espacial.




Cuando las estrellas no brillan y la luna descansa, puedes observarlos flotar... 

Un niño  confiado y muy despistado, que en algún momento dijo con demasiada seguridad, “Mira hacia el cielo, Saturno será nuestro nuevo hogar”, y también una pequeña niña, una hermosa princesita que en aquel momento solo afirmó con su hermosa sonrisa “Sí, Saturno será nuestro nuevo hogar por siempre y hasta la eternidad”...

Ambos se aventuraron, viajando de la mano, a llegar a aquel hermoso lugar; pero antes de encontrar su destino, un meteorito los desvió del camino, enviándolo a él hasta la Gran Nube de Magallanes, y a ella hasta la gran estrella de Aldebarán.

Ahora, ambos vuelan solitarios en el infinito de la nada y por todo el espacio exterior; la princesa, inmersa en un hermosísimo sueño, y el niño, agarrado de una pequeña camilla de metal, la busca por los lugares más recónditos del azar.

Ella ignora que siempre está al lado contrario del aquel niño desorientado que la busca con tanta ansiedad, y los ojos de aquel muchacho ya se encuentran desorbitados, viscos y separados por tanto volar... y es que volar, volar y volar por la infinidad del espacio lo han hecho olvidar en donde estaba su hogar.

Sin embargo, el pobre muchacho jamás cierra sus ojos para dedicarse a soñar. No quiere dormir, no quiere imaginar, no quiere delirar nunca más; hace sus manos temblar, de arriba abajo, de izquierda a derecha sin poder parar, porque sabe que si llega a descansar, en sus sueños no encontrará ese hogar que tanto desea formar, a la princesa que tanto ama y todas las demás cosas que sin ella nunca jamás tendrá.  

Ahora mismo puedes verlos a ambos, el muchacho viaja por el cielo, buscándola, llegando a una estrella y perdiéndose en la profundidad de un espiral, y ella apareciendo, justo al lado contrario de donde él está. Tal vez ambos lleguen a otro mundo, tal vez ambos se vuelvan a ver. Su destino depende de la cantidad de espirales a las que puedan entrar, porque nadie quita la posibilidad que en algún momento, ambos se lleguen a encontrar una vez más...

Ahora escucha con atención el secreto detrás de esta narración. Si tu alma es bondadosa y quieres ayudar al muchacho a encontrar su amada, debes dormirte temprano y pensar cosas buenas antes de descansar. Porque cuando sueñas el bien y deseas lo mejor a otras personas, tus mente forma un espiral en el espacio... un espiral que algún día guiará al muchacho a encontrar a su princesa espacial. 

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