domingo, 5 de diciembre de 2010

Bicolor.


Algunos años atrás, ese famoso muchacho no era más que un niño asustado a quien le atormentaba mucho pensar que había un monstruo debajo de su cama.

Todas las noches le rogaba a su madre que no apagara las luces de la casa, que dejase una lámpara encendida debajo de su cama y que revisase bien lo que había ahí… pero ninguna de estas precauciones evitaba que el pobre niño despertara a media noche llorando y gritando a todo pulmón.

Sus padres, desesperados y sin poder soportarlo un día más, lo llevaron a diferentes psicólogos y psiquiatras para ver si podían “calmar” estos terrores. Desafortunadamente, ningún fármaco, por potente que fuese, parecía mitigar las penas del niño.

En la desesperación, recurrieron a la ayuda de un “doctor independiente”, quien recetando unas extrañas píldoras que él mismo había hecho, le recomendó al niño mirar debajo de su cama después de ingerir el medicamento. El niño confió en él, y la noche siguiente, cuando sintió los golpes, rugidos, zarpazos y demás cosas debajo de su cama que siempre sentía, decidió echar un vistazo de una vez por todas…

Lo que vio ahí lo sorprendió mucho más que si hubiera visto un monstruo. Era una especie de círculo brillante y giratorio que destellaba en todos los colores existentes, más como un hoyo profundo que como una mancha. El niño, sintiendo un gran temor por tan extraño fenómeno, decidió lanzarle un calcetín, pensando que desaparecería. Efectivamente, el calcetín desapareció. Luego metió el dedo, pensando que sentiría una sensación fría y extraña. Y sí, justamente eso fue lo que sintió. Luego, tomando mucha confianza, intentó meterse completamente al hoyo, sin tener la más mínima idea de lo que pasaría, a donde lo llevaría o que sentiría. Ahí fue cuando el hoyo se desvaneció, dejando al niño totalmente confundido.

A la mañana siguiente, al ver que el niño no había gritado ni llorado en el transcurso de la noche, sus padres pensaron que la medicina lo estaba curando, y por un segundo pensaron en celebrar. Pero cuando el niño les contó su extraña experiencia, sus padres perdieron los estribos y lanzaron a la basura las medicinas, tratando de localizar otra vez a ese doctor loco y denunciarlo a las autoridades. Para ellos, toda esperanza la esperanza ya se había perdido...  

Pero el niño decidió ignorar la reacción de sus padres y pensó todo el día en ese agujero, en cómo podía hacerlo funcionar y en porqué desapareció cuando él intentó meterse en él.

Pronto descubrió que tenía la habilidad más sorprendente que un ser humano podía tener…

Esa noche, se metió completamente al hoyo, y apareció en China. Se volvió a meter, y apareció en Londres. Entró otra vez, y estaba en la punta de la torre Eiffel de parís. Era increíble… ¡el niño tenía la facultad de crear un agujero que lo llevara a cualquier lugar que él quisiera ir, siempre y cuando él lo imaginara así!

Al pasar de los años, el tema de los terrores nocturnos y los hoyos coloridos desapareció por completo. Los padres del niño, quien ahora se ha convertido en todo un muchacho, al fin pudieron descansar de esos problemas tan molestos. Aún así, un nuevo síntoma del muchacho les está quitando el sueño esta vez... Los ojos del muchacho se están volviendo bicolores.  

2 comentarios:

  1. Intrigante o,o, aunque parece incompleto Dx.

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Es que se trata de un capitulo de Machina Machina Deus, y se complementa con otros capítulos de la serie. Cuando termine de ponerlos todos explicaré el orden cronológico en el que se deben leer ^^

    Gracias por comentar camarada, es todo un gusto que te haya gustado. Saludos ^^

    ResponderEliminar